Cayo Santiago, fascinante isla-laboratorio en Humacao

Utilizada por décadas para experimentos en monos sobre el comportamiento humano y de avances médicos

0
214
Un grupo de monos se aglutina alrededor de un comedero. Los científicos suplementan la dieta de los macacos con un producto llamado monkey chow. (Foto por José María Rodero).

Edición de Reportaje de BBC Mundo

Muchos habitantes del Humacao y del litoral este saben de la existencia del Cayo Santiago como un pequeño islote ubicado muy cerca de la playa de Punta Santiago donde habitan monos con los que se experimentan, bajo el control del Centro de Investigación de Primates del Caribe (CPRC por sus siglas en inglés). Pero más allá de esa información poco es lo que se conoce sobre la historia del cayo y lo que realmente ocurre allí. Un reportaje publicado el pasado 5 de enero por BBC Mundo hecho por el reportero Ronald Avila-Claudio, aclara gran parte de las interrogantes. A continuación, compartimos datos interesantes del mismo para satisfacer la curiosidad de muchos.

          En Cayo Santiago fue convertido en una estación experimental con monos desde el año 1938 cuando su fundador, el primatólogo Clarence Carpenter que trabajaba en la Escuela Tropical del San Juan viajó a la India y de allí trajo el primer grupo de monos para el estudio del comportamiento, de socialización y biomédicos.

          “Con el financiamiento de la Universidad de Columbia, Carpenter adquirió poco más de 400 macacos” que transportó hasta el Cayo en Humacao, de los cuales hoy día quedan allí como sus descendientes unos 1,800 individuos. Se estima que en los 85 años transcurridos han vivido en la colonia unos 14,000.

          “Doce personas viajamos en una pequeña lancha que se mueve lenta y con trabajo sobre las olas. Mientras nos acercamos a la costa, son visibles decenas de seres diminutos de pelaje grisáceo y marrón que se mueven sin parar. Nos observan, tocan el agua salada y chillan. Son macacos rhesus, una de las especies de monos más conocidas, originaria de Asia. En las 15 hectáreas que componen el cayo, los primates caminan, juegan, pelean y se reproducen, mientras científicos de importantes instituciones como Harvard, Columbia y el Imperial College de Londres los estudian”, narra Ávila-Claudio en su reportaje.


          Añade que las investigaciones en Cayo Santiago se centran sobre todo en el comportamiento y que el islote funciona como un enorme laboratorio de psicología animal. Los monos de allí también han aportado a estudios sobre la reciente vacuna contra la covid-19 y la vacuna de la polio y que de los que han salido del lugar algunos han sido usados para estudios sobre el dengue y el zika.

          “Allí se han realizado estudios de temas tan variados como las relaciones humanas, la resiliencia al cambio climático, el autismo o la homosexualidad. Por ser los simios nuestros parientes evolutivos más cercanos, compartimos con ellos características muy parecidas. Estudiarlos, según los expertos, puede arrojar luz sobre el porqué de muchas de nuestras acciones”, explicó Ávila-Claudio.

          Añade que, por protección, las leyes locales prohíben entrar a los terrenos sin la compañía del personal a cargo que provee todas las instrucciones y controles para evitar que alteren los monos, se afecten las investigaciones y también los visitantes. “No pueden bajar la guardia ante los simios, que portan un virus que, si bien a ellos no les hace daño, para los humanos puede ser mortal”, se señala en el reportaje.

Otros datos interesantes revelados en el reportaje:

·       Desde 2017, con el impacto del ciclón María, Cayo Santiago dejó de ser una sola isla para convertirse en dos islotes; el cayo principal y Cayo Pequeño que han sido unidos por un puente flotante.

·       Para facilitar los estudios, los grupos están divididos en 12.

·       Los datos recolectados durante décadas en la “isla de los monos” permiten permite a los expertos hacer comparaciones y estudios longitudinales mediante análisis de información demográfica y de alimentación, hasta las enfermedades que padecen.

·       Algunos animales son sacados de Cayo Santiago y enviados a laboratorios de experimentación en Estados Unidos. Cuando mueren, sus cuerpos son llevados al Recinto de Ciencias Médicas de la UPR, donde se les realizan necropsias.
Sus huesos son preservados y también estudiados.

·       Con el paso del Huracán María el islote quedó totalmente destruido pero los monos sobrevivieron, con excepción de unos 50 que murieron. Aunque no se encontró una explicación científica se teorizó por el comportamiento que observaron, que se alertaron a través de sonidos para refugiarse en una parte especifica de la isla, donde impactaron menos los vientos.

Algunos hallazgos

·       Terry Kensler, curadora de la colección de huesos del CPRC, explica que algunas de las condiciones que sufren los rhesus macacos son similares a las de los humanos, como la osteoporosis.

·       Otros estudios realizados en Cayo Santiago permitieron descubrir que los macacos socialmente “mejor integrados” tienen una expectativa de vida más larga, lo que se ha encontrado es similar en los humanos.

·       Otra investigación, realizada por el paleontólogo y profesor Qian Wang de la Universidad de Texas A&M analizó los huesos de un grupo de macacos que fueron castrados en 1960 e incluidos nuevamente en la colonia. Sus restos demostraban que habían tenido enfermedades bucales graves, por lo que Wang pudo establecer una relación entre la producción de testosterona y la salud oral.