GOBERNADOR RECHAZA ENMENDAR EL PLAN FISCAL

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El gobernador Alejagarcia-padillandro García Padilla autoriza las siguientes declaraciones sobre la opinión expresada públicamente por algunos miembros de la Junta de Supervisión Fiscal sobre el Plan Fiscal presentado el 14 de octubre de 2016.

“And since economists and policymakers have learn their lesson -no modern treasury secretary would echo Andrew Mellon’s famous advice to ‘liquidate labor, liquidate stocks, liquidate the farmers, liquidate the real estate… purge the rottenness out of the system’- nothing like the Great Depression can ever happen again. [….]  Well, we were foolish. And now the plague is upon us.”  Paul Krugman, premio Nobel de Economía en The Return of Depression Economics.

Ser gobernador durante la crisis, y a la vez proteger los empleados públicos, mantener la jornada laboral, sin dejar de pagar las pensiones de los retirados, manteniendo los servicios esenciales, y al mismo tiempo mantener la Universidad en paz, poner en cumplimiento por primera vez el programa de educación especial, impulsar la manufactura, la agricultura, el turismo y bajar el desempleo y el crimen, no ha sido fácil.  Fue mi promesa y la cumplí. Pedirme ahora que revierta eso es no conocerme.

Para continuar adelantando, una vez aprobada la ley federal PROMESA, el pasado 14 de octubre presentamos a la Junta de Supervisión Fiscal -dentro del término establecido- nuestro plan de recuperación financiero que presenta un curso de acción, específico y claro, de implantación de medidas de eficiencia, aumento de captación y estabilidad fiscal.

El plan logrará las metas trazadas en una década, sin necesidad de contemplar despidos de empleados públicos ni reducción en los servicios esenciales. A su vez, protege la Universidad de Puerto Rico y a los pensionados. Por supuesto, parte de la premisa de que futuros gobiernos continuarán siendo responsables fiscalmente, y pone presión al gobierno federal, quien, derogando la sección 936, inició la crisis. En el Congreso hay receptividad, pero como cualquier cuerpo político, es susceptible a razones y a presiones. Tenemos razón en nuestro reclamo; corresponde reclamar y presionar.

Nuestro sistema de salud está integrado al federal pero se nos imponen las regulaciones sin proveer las ayudas; la Junta tiene que advertir esa injusticia ante el Congreso.  De otro lado, la acreditabilidad de la Ley 154 representa una cuarta parte de nuestros ingresos; no es sensato pedir un Plan Fiscal sin la continuidad de esos ingresos. Construir un cuadro fiscal que ignore, por ejemplo, lo anterior, como pide la Junta sería, sencillamente, irresponsable.

No conozco las razones de la Junta para rechazar el plan, pues no han cumplido con la notificación escrita que requiere la ley. Lo expresado a los medios de comunicación indica que requerirán un agresivo plan de recortes de gastos, con la consecuencia inevitable de despidos de empleados para la reducción del tamaño del gobierno y el pago de la deuda hasta donde los acreedores estén dispuestos a reducirla. Algunos, de hecho, sugieren que la solución a los préstamos es más préstamos.  Discrepo.

Es por ello que hoy le informo al pueblo de Puerto Rico, que una vez se reciba la notificación por escrito solicitando cambios en el Plan Fiscal, les estaremos notificando que el plan no será enmendado para añadir austeridad. No es lo correcto y no es necesario. Lo sugerido por la Junta, inevitablemente, sometería nuestra economía a un espiral descendente o “death spiral” económico.  Eso sería el regreso a las políticas de depresión.

Los economistas del Fondo Monetario Internacional, la entidad mundial con más experiencia en estos temas, en su informe sobre Puerto Rico indican que “A comprehensive approach is needed. The problems are too interdependent. For example, fiscal adjustment alone might strengthen confidence in long-term public finances and thereby support demand. But too much fiscal tightening could also depress demand in the near-term and would do nothing to address the supply side problems at the root of Puerto Ricos growth problem. Similarly, structural reforms alone would still leave large fiscal financing gaps. Hence the need for complementary structural reforms to boost growth and debt restructuring to avoid an economically harsh and politically unviable cut in the fiscal deficit. A combination of structural reforms, fiscal adjustment, and debt restructuring ensures that all problems are addressed. And, importantly, it shares the costs and benefits of adjustment across all stakeholders.” Más recientemente, los profesores David A. Skeel (miembro de la Junta) y Clayton P. Gillette, dijeron a la Corte Suprema de los Estados Unidos en un caso sobre Puerto Rico que: “Puerto Rico municipalities today face the very consequences of debt overhang that Congress sought to avoid. A 2014 report from the Federal Reserve Bank of New York illustrates that the “death spiral” of high rates of exit followed by high taxes and fees for those who remain followed by higher rates of exit has indeed materialized.”

Además, es economía básica que que reducir la base tributaria con políticas recesionarias como despidos, recortes a las pensiones y limitar las fuentes de competitividad del país, como la UPR, es contraproducente a mediano y largo plazo.  Así lo evidenciaron la Ley 7 de 2009 y las políticas anti-universitarias del 2009 al 2012.

Para poder levantar nuestra economía invirtiendo en ella y evitar que el gobierno se quede sin dinero, la Junta tiene a su disposición el Título 3 de la Ley PROMESA. No deben temer, es más, no deben dudar en utilizarlo.  Es una herramienta que protegerá al pueblo, y proteger al pueblo es la función principal de la democracia.

Mientras sea el gobernador de Puerto Rico, me opondré a cualquier intento de viabilizar medidas, como por ejemplo, el despido de empleados públicos, la reducción de las pensiones de nuestros retirados y la desprotección de la UPR.

“So it’s crucial to appreciate where we are. We may have avoided a repeat of the Great Depression, but we’re still very much living in a world in which the usual rules of economic policy don’t apply.  That is, we’re living in a world governed by depression economics—and our understanding of the logic of depression economics, in which virtue can be vice and prudence folly, is our only defense against economic disaster.” Paul Krugman, en The Return of Depression Economics.