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Desborde de solidaridad hacia familia naguabeña con escasez de alimentos

Ciudadanos y organizaciones comunitarias se movilizaron para entregarles donaciones tras conocer la situación que viven en medio de la pandemia

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Suministrada / Con una compra de alimentos, artículos de limpieza y hasta equipo de protección personal, la fundación Sembrando Esperanza al Necesitado fue el primer grupo que entregó donativos en el hogar de Luz Torres Dávila.

“Voy a vivir agradecida toda la vida”. 

Esas fueron las palabras de gratitud que expresó Luz “Lucy” Torres Dávila, luego de que una decena de ciudadanos llegó hasta su residencia durante el fin de semana para donarle paquetes de compras y otros suministros.

La acción solidaria de las personas surgió tras leer la historia de la mujer y su familia de cinco miembros, quienes han subsistido bajo escasez de alimentos durante la pandemia por COVID-19, en la publicación de primera plana de la pasada edición de El Oriental.

Según narró Torres Dávila, una ama de casa que custodia a dos nietas huérfanas, su hogar en el sector Playa Húcares, en Naguabo, estuvo lleno de visitas de jueves a sábado. En total, recibió al menos cuatro compras grandes que aseguró son suficientes para abastecer a su familia mientras dure la emergencia.

“(Me siento) bien agradecida de todo el mundo. Nunca me voy a olvidar de lo que hicieron por mí”, manifestó la mujer de 58 años.

Además de las menores de 17 y 13 años, Torres Dávila alberga en su hogar a un hijo mayor que quedó desempleado a raíz de la crisis de salud. Ante la reciente alza en los precios en los supermercados, los $112 que recibe mensualmente como beneficiaria del Programa de Asistencia Nutricional (PAN), actualmente, “no les da para vivir”.

En ocasiones, finaliza las transacciones con la ayuda de su compañero Ismael Marcano García, quien, igualmente, cuenta con una subvención alimenticia de poco más de $100. Sin embargo, la pareja indicó que se han visto obligados a eliminar artículos a la hora de pagar sus compras para no excederse del dinero.

De igual forma, han optado por consumir porciones pequeñas de comida para que todos en la casa puedan alimentarse.

“(El dinero) lo utilizo para comer todito. Yo digo como decía mi abuelo: ‘Donde come uno, comen veinte’. Así sea un chispito para cada uno. Cuando no hay (comida), hay que buscar un gajito de guineo, cocinarlo, y vámonos con aceite pela ‘o a las galletas, porque eso es lo que tenemos”, dijo Torres Dávila a El Oriental.

El primer grupo de personas que acudió a la casa de la naguabeña pertenece a la fundación Sembrando Esperanza al Necesitado, una entidad de base comunitaria y religiosa con sede en el barrio Punta Santiago, en Humacao.

La presidenta de la organización, Rosaura “Rosie” Hernández Miranda, relató que, en cuanto leyó la publicación de este semanario el pasado miércoles, se movilizó para conseguir donaciones de comida que entregaría a la familia de Torres Dávila.

En menos de 24 horas, logró recaudar más de $200 para hacerle una compra a la familia necesitada y, tan pronto como en la tarde del jueves, los alimentos estaban en la puerta de “Lucy”.

“Me llena de mucha alegría y mucha gratitud hacia Dios cuando me deja ver que estoy haciendo algo que Él nos manda a hacer, que es servir”, afirmó la portavoz, mientras reconoció que en Puerto Rico existe una crisis alimenticia a raíz de la emergencia, por lo que, para muchas familias puertorriqueñas, las aportaciones del PAN no dan abasto.

Hernández Miranda, quien realizó la entrega junto a su esposo e hijo, incluyó en la donación productos de limpieza y equipo de protección personal.

“(Queremos) que las personas vean la fe y la esperanza en nosotros; que (sepan) que ellos no están solos en esta situación”, destacó la líder comunitaria.

En necesidad de una estructura segura

El presidente de la Junta Comunitaria de Playa Húcares, Carlos Iván Pérez García, señaló que ahora la prioridad de líderes del sector será conseguir que la familia de Torres Dávila viva bajo una estructura segura, pues su vivienda aún refleja los daños que dejó el huracán María.

De cara a la próxima temporada de huracanes, la cual meteorólogos pronostican que será más activa de lo normal, el activista reiteró la urgencia de atender las condiciones en que viven los integrantes.

“El problema de Lucy es el arreglo de su estructura, porque ella no cualificó para las ayudas de FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias). La casa se le está cayendo en cantos y aquí no ha venido ningún trabajador social; nadie”, mencionó Pérez García.

El Oriental ha mantenido comunicación con el director de la Oficina Municipal de Manejo de Emergencias (OMME) en Naguabo, Jerry Kirkland, quien se comprometió en visitar a Torres Dávila para canalizar ayudas adicionales.

La dependencia municipal informó que en la tarde del martes personal enviado por Kirkland se presentó en la residencia y “contactarán a las agencias pertinentes”.

“En este país hay muchas ‘Lucy’ que el gobierno se ha olvidado (de ellas). Todavía, a dos años del huracán María, hay muchas ayudas que no han llegado”, denunció Pérez García.

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