Lleno de casas abandonadas el casco urbano de Humacao

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Por Félix Báez Neris / Docente Jubilado de la UPR

Por Félix Báez Neris / Docente Jubilado

Recientemente mi amigo Héctor Ruiz y yo recorrimos las calles del casco urbano de Humacao fijándonos en las casas abandonadas. Nos sobresaltamos al corroborar e incluso superarse las expectativas que teníamos. La cantidad de casas en estado de abandono y deterioro rayaban cerca de 100 o más.

Nos preguntamos por qué esta dejadez de parte de las administraciones municipales en atender este crucial asunto. Es inevitable viajar en el tiempo y acuñar aquella época romántica de Humacao que nos describe Antonia Sáez de la siguiente manera “Una ciudad señorial, de vida apacible y noble. Situada en espléndido valle, doblemente circundada: a su horizonte de colinas de variadas formas y matices se anticipaba la linde, que como cinturón multicolor, ceñía la ciudad, las casaquintas que la rodeaban. Además se encontraban las residencias pequeñas, todas con jardines que alegraban el paisaje. (Antonia Sáez: 1967).

Luis Mojica Sandoz nos recuerda lo siguiente: “En el Humacao de aquel entonces había en torno a la plaza unos cuatro pequeños hoteles –Oriente, Carmen, Benítez, Borinquen –al menos dos fuentes de soda y tres restaurantes, además del cine y la Iglesia Católica, también una protestante de muy interesante estilo”. (Mojica Sandoz: 2016). En aquella época la Plaza era un verdadero hervidero humano como la describió don Santiago Z. Maunez.  En la actualidad ya no queda rastro de aquella gran ciudad y la Plaza muere a las dos de la tarde.

Continuamos el recorrido por la calle Font Martelo para observar abandonadas la hermosa Escuela Antonia Sáez, el antiguo Cuartel de la policía (que a su vez fue el Hospital Municipal Toro Ríos) y el garaje Esso.  En la calle Muñoz Marín observamos la oficina que ocupaba el Dr. Charneco, la casa de la Familia Ángel Vélez, “Universal Realty” y al final se encuentra el antiguo Club Rotario. La calle Dolores Cabrera tiene una gran cantidad de casas y establecimientos vacíos y abandonados entre los que destacamos con cierto grado de dolor al prestigioso Teatro Oriente. Cercano al lugar en la calle Antonio López duele ver el estado de abandono del Museo Casa Roig y a unos pasos de aquí el edificio Salvador Abreu Vega (La Casona) aún luciendo los toldos azules.

Los escenarios de casas abandonadas (muchas de ellas convertidas en estorbos públicos) se repiten por cada calle que uno recorre.  Lo lamentable es que ya se extiende a las urbanizaciones del pueblo. Extensión Roig, El Recreo, San Antonio, por ejemplo ya se observan muchas casas totalmente abandonadas.

Pienso que aquí deben aunar los esfuerzos colaborativos entre la administración municipal y los legisladores (as) para encauzar proyectos y alternativas que atiendan el problema. Se deben flexibilizar los procesos en el CRIM de manera que el municipio pueda adquirir estas casas y restaurarlas utilizando los fondos federales que se le asignaron.

La reconstrucción de viviendas le dará vida al vecindario del casco urbano. Sería una buena oportunidad para atraer a personas adultas mayores para ocuparlas. Ya que disfrutarán de acceso a los comercios, farmacias, servicios médicos y hospitales. Queremos ver más casas restauradas como la majestuosa casa Pereyó.



Devolvámosle a Humacao su lustre original.