Por Bárbara Solano Quintana / bsolano@elorientalpr.net
(24 de mayo de 2019)- Los nietos de la insigne mujer humacaeña Dolores Cabrera Alonso han utilizado el legado que dejó en el pueblo humacaeño para rescatar las paredes de su antigua casa. El espacio, convertido en un restaurante estilo bistro, no solo recoge las aportaciones históricas y culturales de doña Lola, como le conocían cariñosamente, sino que propicia el ambiente que todo vecino de Humacao busca para comer y disfrutar una buena taza de café.
Con el fin de hacer a los clientes sentir que visitan la casa de su propia abuelita, los hermanos Roberto Carlo y Mariolga Vázquez Velázquez inauguraron este lunes el local llamado “Doña Lola”, que ubica, precisamente, en la calle del casco urbano de Humacao que lleva el nombre de Cabrera Alonso. Además de desempeñarse como maestra de español durante 40 años en Humacao, la ilustre fue reconocida durante décadas como una líder cívica hasta que pereció en el 1980 a los 71 años.
“Mi abuela siempre fue una mujer bien imponente. Doña Lola era una profesora y todas las personas que pasaron por ella te pueden decir lo mismo… Era bastante recta y mi mamá era igual”, indicó el propietario del lugar, también conocido entre los humacaeños como “Chapu”, quien además contó con el respaldo de su otra hermana Julimar para lanzar el negocio luego de un año y medio de planificación.
En la cocina del nuevo local, que cuenta con el trabajo del chef Amílcar Santiago, se destacan una variedad de comidas saludables y a precios accesibles para complacer el apetito de personas de todas las edades. Desde desayunos, hasta “wraps”, pitas, sopas y ensaladas, los hermanos Vázquez buscan apelar a una clientela de jóvenes, adultos y hasta personas de la tercera edad que aún acostumbran a tomarse el café de las tardes.
Asimismo, la oferta de bebidas incluye jugos de frutas naturales, como naranja, parcha, toronja, guanábana, entre otros.
Todas las especialidades de comida cuentan con un plato titulado “Doña Lola”. Por ejemplo, el “wrap” bajo ese nombre, que se espera que sea uno de los favoritos de los clientes, contiene “maple ham”, arándanos, almendras, espinaca, queso feta, tomates y una pita con vinagreta.
Entre pinturas y murales alusivos a lo que fue la residencia de Cabrera Alonso, la cafetería cuenta con mesas y paredes en madera que logra transportar a los visitantes a los años en que vivió allí doña Lola. Sin embargo, no deja de contar con la tecnología del presente, como servicios de Internet gratis, para que profesionales y estudiantes puedan realizar sus trabajos sin interrupciones.
“Es emocionante (abrir este espacio). En este edificio hay muchas memorias y ha pasado generación tras generación… Poner el nombre de ella, para que todos sepan quién fue Dolores Cabrera Alonso”, manifestó, por su parte, la mayor de las hermanas.