Por Bárbara Solano Quintana / bsolano@elorientalpr.net
(13 de junio de 2019)- Acompañado de sus familiares y decenas de ciudadanos que acudieron al Cementerio Municipal de Yabucoa, el alcalde de ese municipio, Rafael “Rafy” Surillo Ruiz, se vistió de luto el lunes para despedirse de su padre Erasmo Surillo del Valle.
El querido empresario, natural del barrio Guayabota de Yabucoa, falleció a sus 83 años en la mañana del pasado viernes, 11 de junio, luego de padecer de algunas condiciones de salud. Llamado entre los yabucoeños como “don Suro”, Surillo del Valle fue conocido por impulsar en el pueblo el deporte del “pico y las espuelas” y ser dueño de la gallera La Nueva Ola.
Al fenecido le sobreviven su esposa Julia Ruiz Montes e hijos: Rosa, María, Yolanda, Erasmo y el alcalde, Rafael. Además, 16 nietos y 13 bisnietos.
“Dentro del dolor que podemos sentir (la familia), hay un espacio grande de agradecimiento a este pueblo. Agradecimiento a Dios que me dio la oportunidad de tenerlo a él como padre. Si tuviese que escoger nuevamente, que Dios me diera la oportunidad de volver a escoger a un padre, no dudaría ni un minuto en escoger a Erasmo Surillo”, exaltó el mandatario municipal ante el público también compuesto por compañeros alcaldes que se dieron cita para expresar sus condolencias a la primera familia de Yabucoa. Entre ellos, los alcaldes de San Lorenzo y Juncos, José “Joe” Román y Alfredo “Papo” Alejandro, respectivamente.
Mientras, Surillo Ruiz destacó que la partida de su padre a solo días de celebrar el Día de los Padres adquiere un nuevo “significado especial” para esa festividad. Además, recordó que el sábado, 15 de junio, su padre hubiese cumplido 84 años.
“Lo voy a extrañar. Voy a extrañar cada vez que recibía una llamada de él… Pero más voy a extrañar y echaré de menos todos sus valores y principios”, resaltó el alcalde con voz entrecortada ocasionada por el llanto.
Entretanto, Surillo Ruiz agradeció el respaldo de los empleados municipales, quienes estuvieron presente durante todos los actos fúnebres, que iniciaron el domingo en la funeraria Steidel Yabucoa Memorial y continuaron el lunes, previo al entierro, con una misa en la Parroquia Santos Ángeles Custodios para darle cristiana sepultura.
La administración municipal describió a “don Suro”, quien además era un amante de parrandas, como un padre ejemplar, así como un hombre de “honor y palabra” que encarnaba las virtudes “más nobles del buen yabucoeño”.
