Desde hace 18 años, Don Arsenio Díaz Torres reside en el barrio Mariana, sector Rincón de Naguabo. Vive con su esposa, Alejandrina Virella Arroyo, quien se encuentra encamada luego de sufrir varios derrames cerebrales. La lucha de Arsenio no es nueva. Ha venido reclamando, desde agosto del 2019, la peligrosidad del lugar en el cual se encuentra su residencia.
“Aquí hay una quebrada que es bien furiosa, cuando hay lluvias se sube hasta la calle y hasta mi residencia, y a pesar de mis reclamos las autoridades no hacen nada. Le dan una limpiecita, pero vuelve a lo mismo”, reclamó.
Lo más reciente fue el colapso de un puente que hay en la entrada de su casa que permitía que pudieran entrar vehículos a su propiedad. “Ahora es más complicado porque no puedo entrar mis vehículos a mi propiedad y peor aún, no puedo sacar a mi esposa cuando llegue una ambulancia”, exclamó.
Díaz Torres afirmó que necesita ayuda urgente para reparar el puente o algún arreglo temporal que le permita entrar y salir de su propiedad sin ningún riesgo. Explicó que el colapso del puente se dio luego de que una excavadora, enviada por el municipio de Naguabo, fuera al lugar a hacer la limpieza de la quebrada. Entiende que con la vibración de la máquina los cimientos del puente cedieron provocando el disloque.
El hombre dijo que fue al municipio a reportar la situación y solicitar ayuda, pero hasta el momento no ha recibido ninguna respuesta afirmativa.
De igual forma, Díaz Torres destacó que su casa se encuentra en mal estado y aseguró que es un riesgo permanecer en la misma. Indicó que tiene una reclamación pendiente bajo el Programa de Reparación, Reconstrucción o Reubicación (R3) administrado bajo el Departamento de la Vivienda.
“Esa es otra brega que tenemos con el Programa (R3) que llevamos años bregando con ellos y supuestamente tenemos todo listo. Me mandaron a buscar una casa y la busqué y se hicieron todas las gestiones de papelerías, escrituras, compraventa y hasta el contrato que piden, pero hasta el día de hoy, no nos avisan”, expresó con tono de frustración.
“En esas estamos, esperando y esperando, a ver cuándo aparecerán y nos reubicarán de residencia. Lo último que me informaron fue que había que tasar la casa y venirla a ver como parte de los procedimientos que tienen que hacer, pero no nos avanzan el caso y se queda ahí”, concluyó.