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Hay temor entre residentes de Las Lomas en Ceiba

Los vecinos del sector coincidieron en que, luego de los temblores, ninguna entidad ha acudido a inspeccionar el estatus del deslizamiento ocurrido en el 2015

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La magnitud y frecuencia de los sismos que afectan la isla, han acrecentado la preocupación de los residentes de la urbanización Hacienda Las Lomas en Ceiba, donde en noviembre de 2015 ocurrió un derrumbe que provocó el desalojo permanente de 11 familias.

A casi cinco años del desplome, los residentes viven temerosos de que un evento, como un terremoto o cualquier otro desastre natural, pueda acelerar el deslizamiento que da hacia un vacío de más de 40 pies. También temen, que igual que en el pasado, el terreno, simplemente seda.

María Teresa Núñez Colón y Luis Piñero Rivera, residentes del lugar explicaron a El Oriental que el terremoto del pasado 7 de enero, con una magnitud de 6.4 grados en la escala Richter fue sentido en su vivienda.

“Estábamos en la cama cuando sentimos que se movió…Lo más preocupante para nosotros es el hoyo ese que se ha hecho ahí (el derrumbe), por defectos de construcción”, describió Piñero Rivera de 89 años, quien reside junto a su esposa en la urbanización desde el 2008.

Ante los eventos, la incertidumbre sobre el deslizamiento se agudiza, pues desde que comenzó la cadena de sismos, según describieron varios ciudadanos entrevistados por este medio, han notado nuevas grietas, principalmente en aceras y en el exterior de las viviendas.

El deslizamiento en Las Lomas, según estudios geológicos, corresponde a factores que incluyen, entre otros, vicios de construcción en su muro de contención y el uso de material inadecuado como relleno. Además, la construcción se efectuó sin un debido estudio de suelo.

Los residentes, algunos de ellos que permanecen en etapas de prórroga concedidas por los bancos para el pago de sus hipotecas, demandaron a los desarrolladores e inclusive al Municipio.

Para Nydia Méndez Díaz, residente y esposa de un paciente encamado, la ansiedad ante un posible colapso es constante. Según precisó, teme que ocurra un derrumbe con efecto dominó o en cadena.

Asimismo, explicó que ante los eventos telúricos y como plan de emergencia, su familia y ella prefieren dormir en la sala de la vivienda.

“Me preocupa más, porque mi esposo está encamado y tengo todas las maquinarias. Cuando (la calle) se cayó de madrugada (las autoridades) tuvieron que sacar la gente. Eso hizo “boom” por ahí para abajo”, describió la enfermera retirada.

Méndez Díaz mostró losetas rotas en su marquesina y grietas “nuevas” que aparecieron en las aceras. Asimismo, expresó inquietud por un agujero que “apareció” en el área verde frente a su casa.

Por su parte, Nuñez Colón, destacó que, ante el estado de emergencia que fue declarado en el país y pese a la magnitud de lo ocurrido en esa comunidad, ni el gobierno municipal, ni el estatal, así como ningún ingeniero o inspector han acudido a evaluar los terrenos. Inclusive, destacó que los inclinómetros que fueron instalados en las calles de la urbanización, tampoco han sido evaluados.

“Después que está pasando esto (los temblores), eres la primera periodista que viene. Aquí no ha venido ni Manejo de Emergencias, el alcalde, nadie ha venido a ver si esto se deslizó”, sostuvo Núñez Colón.

“Tenemos una preocupación grande con la situación que ha transcurrido en este tiempo. Al momento, dentro de, se ha mantenido mi casa firme, en lo que yo puedo apreciar. En caso de un suceso mayor no sé cómo reaccionaría el terreno”, añadió, Edgardo Britto, residente en el lugar junto a su esposa y su hija desde hace 10 años.

Tras el incidente, las viviendas que dan hacia el vacío fueron declaradas como inhabitables. La madrugada del evento fue necesaria la intervención de múltiples agencias, entre ellas el Negociado para el Manejo de Emergencias y Desastres (NMEAD) y el alcalde Ángelo Cruz Ramos pidió que la urbanización fuera declarada bajo estado de emergencia. 

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