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Temen una combinación de huracán y pandemia en Yabucoa

La emergencia por el COVID-19 dificulta la recuperación y preparación ante la temporada de huracanes en ese pueblo, donde además el gobierno municipal opera con deficiencias económicas

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Fotos por Yeidy Vega Alicea / En comunidades como el barrio Limones, sector Martorell, algunos trabajos de recuperación de viviendas se vieron forzosamente detenidos por el coronavirus.

El temor ante la temporada de huracanes, que comienza el próximo lunes, se combina para algunos residentes en Yabucoa con el miedo de vivir dos amenazas simultáneas: un fenómeno natural y una nueva fase de la pandemia.

Aunque es una de las comunidades más organizadas y recibió apoyo significativo para restablecerse, a tres años del peor huracán que ha vivido Puerto Rico, para los vecinos del barrio Limones, sector Martorell, la recuperación no es absoluta.

La líder comunitaria María M. Álvarez Rivera precisó el sábado que en ese sector y en algunas zonas cercanas han sido reemplazados la mayoría de los techos azules de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA, en inglés). Además, los residentes que han podido, mejoraron y reforzaron sus viviendas. Sin embargo, en su barrio, aún existe necesidad.

A cuatro meses del ciclón, esa comunidad recibió el apoyo de la organización “All Hands and Hearts”, que fue clave para su recuperación. Hasta marzo de este año sus voluntarios permanecían en su centro comunal. No obstante, la pandemia por el COVID-19 forzó el que regresaran a sus lugares de residencia, en múltiples países, antes de culminar las labores.

En total, en ese barrio, según explicó, al menos unas ocho viviendas todavía están vulnerables.

“Quien iba a hacer eso (los arreglos) era All Hearts and Hands, pero se fueron por la pandemia. Al cerrar el gobierno, al cerrar todo, ahora le toca al Municipio. El Municipio está cerrado, ahora mismo comenzaron a trabajar, pero aún no están a tiempo completo”, detalló la portavoz conocida por su vecindad como Mary Monce.

Asimismo, Álvarez Rivera reconoció que ante el temor de contagio, los carpinteros, tanto los del Municipio, así como los que trabajan de forma privada, tienen reservas en acudir a los hogares, un agravante a solo días del inicio del periodo de desarrollo ciclónico que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre.

Por su parte, para Julitza Torres, quien divide su tiempo entre el barrio Tejas y Martorell, la inquietud es, que ante las emergencias, las ayudas no llegan a otros sectores con la misma facilidad y frecuencia que benefician a Limones.

“(Tras el huracán) cuando salimos no teníamos ni palabras. Cuando tu mirabas hacia la montaña todo se veía quemado, como salido de una película de terror…Aquí (en Limones) se ve más ayuda de la que se ve en el barrio Tejas. Como es montaña y son lugares alejados, pues no llega tanta ayuda”, apuntó la joven de 22 años que pasó el huracán en la vivienda de sus abuelos.

De izquierda a derecha, Julitza Torres Torres y María M. Álvarez Rivera, colaboradoras en la comunidad. Además, Álvarez Rivera es legisladora en la administración municipal de Yabucoa

Para este año, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) pronosticó una temporada “por encima de lo normal” y el posible desarrollo de unas 13 a 19 tormentas de las que seis a 10 pudieran desarrollarse como huracanes.

Municipio establecerá refugios segregados

Acorde con la emergencia de salud que vive el país, según el alcalde Rafael “Rafy” Surillo Ruiz, el gobierno municipal comenzó a diseñar un plan para recibir a los posibles refugiados. Entre los retos que ha identificado su equipo de trabajo, se encuentra la posible llegada de ciudadanos infectados por el virus en busca de resguardo.

Para el ejecutivo municipal la preocupación se duplica ante el comportamiento de la ciudadanía posterior a que el gobierno central anunciara, la pasada semana, la flexibilización del toque de queda establecido a mediados de marzo por la gobernadora Wanda Vázquez Garced.

“Nos lleva a una preocupación grandísima el que entrada la temporada de huracanes tengamos que lidiar también con un segundo brote del virus. Este “lockdown” (toque de queda) se hizo cuando teníamos poquitos casos, se tomó la decisión de cerrar para evitar los contagios y estamos viendo de la ciudadanía un comportamiento como que ya superamos la crisis y eso no es verdad”, señaló el jefe del ayuntamiento.

Como parte de los planes, el Municipio identificó un modelo de separación. De surgir un sistema atmosférico abrirán un refugio sería para personas encamadas, otro para pacientes que arrojen positivo a COVID-19 y uno adicional para el resto de la población. Las escuelas identificadas son la Ramón Quiñones Medina en el centro urbano, Andrés Sandín en el barrio Aguacate y el centro Head Start en la urbanización Méndez.

Surillo Ruiz añadió que, como parte de la planificación, coordinó con un laboratorio privado para administrar la prueba rápida a las personas que necesiten pernoctar en esos espacios.

Crisis sin fondos

De la misma manera, Surillo Ruiz alertó sobre la precariedad con la que los gobiernos municipales tienen a su cargo el manejo de la pandemia mientras realizan preparativos. Principalmente, porque el Centro de Recaudaciones e Impuestos Municipales (CRIM), adeuda remesas a los ayuntamientos por orden de la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) tras la anulación de la Ley 29 para la Reducción de las Cargas Administrativas de los Municipios.

“La economía está bien comprometida. A nosotros las remesas de mayo no nos han llegado porque el CRIM, en los últimos tres meses, no ha tenido recaudos… Es algo que no te deja conciliar el sueño. Por un lado, tenemos eso (la pandemia) y por el otro, no nos llegan las remesas. La gobernadora tiene que estar consciente de que el Estado es incapaz de atender esta crisis si no es con la colaboración y ayuda de los gobiernos municipales”, sostuvo el alcalde.

De la misma manera, Surillo Ruiz indicó que su administración pondrá en funciones maquinaria pesada para realizar labores como el dragado de cuerpos de agua. Esa, desglosó, es una de las gestiones que anteriormente estaba a cargo de entidades gubernamentales como la Autoridad de Tierras. En la actualidad es una responsabilidad que debe asumir y costear el Municipio.

Sobre la infraestructura eléctrica, que en ese pueblo provocó que algunos residentes pasaran hasta un año sin luz tras el huracán, mencionó que “no ve en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) una actitud en la que se pueda abastecer del personal necesario para trabajar con el mantenimiento preventivo”.

“Aquí antes se veían brigadas especializadas en desganche, ahora no sé qué trabajo están haciendo”, cuestionó.

Harán de su centro “una mochila de emergencias”

Álvarez Rivera anticipó que, ante las experiencias, a las que se suman los terremotos de principio de año, la comunidad se organizará para agrupar comestibles no perecederos y artículos de emergencia.

“Ese cuarto (en el centro) va a ser la ‘mochila de Martorell’. Como barrio vamos a tratar de guardar comida y agua, artículos de primeros auxilios, todo lo más que podamos… Porque nosotros no sabemos. No queremos que nos coja (desprevenidos) otro María”, analizó. A su vez, narró que a tres días de la tormenta, residentes comenzaron a desesperarse, principalmente por la carencia de alimentos.

Sobre las viviendas que necesitan reparaciones, el alcalde Surillo Ruiz aseguró que es la intención del Municipio brindar respuesta y finalizar los trabajos. Además, adelantó que culminará el desarrollo de una biblioteca virtual pendiente a ser inaugurada en los predios del centro.

Igualmente, el alcalde anunció que personal de la organización del Ejército de Salvación (Salvation Army), estará ubicado en el centro de actividades del barrio Aguacate para atender necesidades de residentes de su pueblo que pueden complementarse con el apoyo de la entidad.

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