Por Yeidy Agneris Vega Alicea / yvega@elorientalpr.net
Twitter @YeidyAgneris
(19 de octubre de 2018)-Justo en el momento en el que celebraba el logro profesional de ascender dentro de la Policía de Puerto Rico, la sargento Mayra García Delgado, tuvo que enfrentar un diagnóstico inesperado.
La mujer de 49 años, que visitaba recurrente el gimnasio, que procuraba descansar, comer alimentos preparados en su casa, y que, con frecuencia se hacía sus exámenes de rigor y mamografías, en 2015 fue diagnosticada con cáncer de seno.
Una detección difícil para cualquier paciente, pero aún más retante para una mujer que ejerce un trabajo físico que requiere todo su enfoque para atender los acontecimientos naturales de un oficial de ley y orden.
“Fue agridulce, yo acababa de ascender en la Policía. Me sentía contenta porque había ascendido en la Policía, pero el reto coincidió con el diagnóstico de mi enfermedad. Ascendí en febrero de 2015, en mayo me había sentido el bulto en el pecho izquierdo y en agosto ya el doctor me había dicho que era cáncer”, explicó García Delgado, sargento destacada en el distrito de Yabucoa.
La sargento, natural del pueblo de Caguas, pero que reside en Yabucoa hace 21 años, tuvo que recibir tratamiento agresivo, compuesto de seis meses de quimioterapia, mes y medio de radioterapia, una operación para extirpar el nódulo canceroso y un receptor nuclear, pues el cáncer se metastizó luego del diagnóstico.
Como parte del tratamiento y como es normal en casi todos los casos, perdió su cabello, pero el cambio físico, para la uniformada, fue secundario.
“No me preocupaba tanto lo estético. Las mujeres somos vanidosas y pensamos en que se nos cae el cabello o que perdamos un seno, pero para mí eso pasó a otro plano. Lo que quiero es terminar mis años en la Policía de Puerto Rico si Dios me da la oportunidad de jubilarme, darme mi tratamiento y algún día tener nietos”, indicó la positiva madre de un joven de 30 años sargento en la
Fuerza Aérea de los Estados Unidos (Air Force).
García Delgado es natural de la Ciudad Criolla, y aunque al principio no le encontraba el gusto al Pueblo del Azúcar, tras años de haberse mudado y con el cariño de la gente, los cuidados y tratamientos médicos recibidos en pueblos aledaños como Humacao, ve su llegada a la zona este como una gran bendición.
Se mantiene positiva:
El pasado mes de junio la mujer se realizó un estudio de seguimiento y permanece en espera del resultado de un hallazgo que aún no ha podido ser diagnosticado.
“Ahora en una revisión apareció algo, así que yo estoy en las manos de Dios. Me descompensé, fui a buscar los resultados y era un hallazgo, tenía que hacerme unos estudios más avanzados”, indicó.
“Yo hice todo lo que humanamente pudiera hacer, todo lo que los doctores me han dicho”, añadió a la vez que expresó que mantiene sólida su fe en Dios, que la ha mantenido firme junto al poyo de sus padres, Monserrate Delgado, Luis García y su hijo Jan Michael Fuller García.