Cuando hace seis años el trabajador social Marcos Santana Andujar, comenzó a desarrollar el Centro de Alternativas Casa Ramón en una escuela abandonada en Las Piñas en Juncos, soñaba con apoyar en gran parte de sus necesidades a las familias del sector de donde es natural, considerado uno de los más pobres de la Ciudad del Valenciano. Ese sueño es toda una realidad hoy día para él, su progenitora Elizabeth Andujar y todo un equipo de profesionales de la conducta humana y el servicio que laboran día a día en el Centro que además es sede de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico (REDENIJ). Organización de la que Santana Andujar es presidente-fundador. También es una feliz realidad para cientos de familias que allí han recibido y continúan recibiendo alimentos, tutorías para los niños, consejería, terapias, servicios sicológicos, de acomodo en vivienda, deportes y sana diversión, entre otros.
En el marco del Abril, Mes de la Niñez y la Prevención del Maltrato de Menores, en El Oriental quisimos conocer como Casa Ramón ayuda en la lucha por erradicar la violencia contra los menores y encontramos que se trata de una organización viva que ha logrado impactarlos desde la identificación de sus necesidades, atención individual y familiar, que tiene como principio la continua innovación.
Comenzaron atendiendo la necesidad alimentaria cuando luego del Huracán María repartiendo cientos de platos de comida caliente desde la acera de al frente de la aún abandonada escuela. Luego se extendieron a todo Puerto Rico llegando a distribuir 16,000 libras de alimentos junto a organizaciones de otros municipios. De ahí pasaron a atender la necesidad educativa de los niños pobres del sector que estaban en desventajas con otros que ya trabajaban con computadoras en las escuelas, abriendo el primer espacio dentro del Centro. “Este fue la Sala Educativa Las Negras, y desde ahí conseguimos unas tabletas donadas y comenzamos a servir a los niños y niñas del sector”, comentó Elizabeth. Luego con la pandemia, la necesidad de educación virtual se agudizó por lo que fue muy útil contar con esta Sala.
El segundo espacio que abrieron en el Centro fue el Comedor Comunitario a donde trasladaron la preparación de las comidas calientes que antes se hacían en la cocina de Elizabeth y que todavía se ofrecen de lunes a viernes al mediodía, para las personas de las comunidades aledañas que quieran ir allí a almorzar y quien tenga esa necesidad, no importa de donde venga.
Otros servicios que incorporaron luego del Huracán María, según dio a conocer Paola Díaz Báez, gerente de Movilización y Alcance de la Red fueron los de sicológicos y terapéuticos, al identificar la necesidad de trabajar con el estrés post traumático que eventos como este generaban en los menores. De lo que surgió la creación de una Guía para trabajar con las emergencias que se pudo utilizar luego para enfrentar situaciones que trajeron los terremotos y la pandemia. Lo importante de la Red es que comparten sus conocimientos y experiencias de sus proyectos con los 32 municipios en los que tiene presencia y otras organizaciones que realizan trabajos similares con los niños, jóvenes y familias completas.
Durante la pandemia también activaron la línea de apoyo (787) 510-1606 que todavía mantienen operando 24/7 y es atendida por trabajadores sociales que identifican las necesidades de las personas y ven cómo pueden canalizarles ayudas. “A través de esta línea recibimos un promedio de 1,000 llamadas mensuales, de las cuales entre 7 a 10 llamadas son de jóvenes diciéndonos que los van a botar de sus casas o que se tienen que ir porque están viviendo en un ambiente de violencia¨, comentó la gerente de REDENIJ.
Del sinhogarismo entre jóvenes que se acrecentó durante la pandemia surgió uno de los proyectos más emblemáticos del Centro Alternativo, al que se dio a conocer únicamente por Casa Ramón. Este es el único programa en Puerto Rico que atiende la necesidad de vivienda en jóvenes entre 18 a 24 sin problemas mayores de drogas y alcohol. En el que dan prioridad a la población LGBTQ-Plus y a quienes salen de la tutela del Departamento de la Familia sin tener un lugar seguro donde vivir.
Son atendidos a través de la Línea de Apoyo, “donde se les canaliza albergue de emergencia por 7 días, vivienda transitoria por un máximo de 6 meses en los que les consiguen un apartamento que cumpla con unos requisitos mínimos. En ese tiempo les coordinamos la ayuda del PAN, plan médico, empleo y brindamos orientación para que puedan tener un buen manejo de ingresos, entre otros servicios que puedan necesitar, explicó Kevin Suarez, trabajador social del Programa.
En el Centro de Alternativa continúan con el programa de tutorías en el que atienden niños desde que salen de las escuelas hasta las 5:00 p.m. y más recientemente inauguraron el Centro Ubuntu que es una cancha bajo techo que habilitaron para que sirva además como espacio de acopio y asistencia en futuras emergencias.
Según su fundador Marcos Santana, así han seguido creciendo y abriendo espacios de acuerdo con las necesidades que van identificando en sus comunidades vecinas. Por lo que opinó entender que ya están listos para replicar la experiencia del Centro de Alternativas Casa Ramón en otros municipios de la Isla de la mano con otras organizaciones de apoyo a la familia y a de apoyo a la niñez y la juventud.
“Sí tenemos planes de replicarlo y llevar estos centros de alternativas que son una respuesta al problema de violencia. Vemos como municipios de nuestra región Este, siempre están en las primeras cifras en casos de maltrato infantil y cómo en Juncos hemos logrado disminuir esos casos en los últimos años. Queremos ampliar estos Centros de Alternativas, llevar nuestro modelo a otros pueblos de la zona para lo que ya hemos tenido conversaciones con Gurabo y estamos mirando hacia Humacao”, expresó Santana Andujar reconociendo que es una gran tarea principalmente por el tema de los fondos necesarios para sus operaciones que reconoció como un gran reto.