Atender el primer caso que fue hospitalizado en Humacao tras resultar positivo a coronavirus requirió creatividad y el uso de la tecnología para mantener comunicación con el paciente.
Cuando el pasado 26 de marzo el hombre llegó hasta el Hospital HIMA San Pablo en ese pueblo, todavía los centros de salud mantenían la expectativa de que las personas que fueran diagnosticadas serían trasladadas hasta el Hospital Universitario Ramón Ruiz Arnao (HURRA), mejor conocido como el Hospital Regional de Bayamón.
Pero, cuando el personal médico de la institución intentó trasladarlo, recibió instrucciones del Departamento de Salud (DS) en las que fueron notificados de que el paciente tendría que permanecer en ese centro.
“Todos los hospitales se prepararon para recibir el paciente y automáticamente (diera positivo) montarlo en una ambulancia y mandarlo para allá (a HURRA)”, explicó el médico internista Ramón Paoli a El Oriental.
“Recibimos el primer caso de Humacao, yo fui el que lo recibí”, añadió el doctor, quien también es el presidente de la Facultad Médica en ese hospital.
Según narró, el manejo del paciente representó una tarea inesperada, para la que, como principal reto, no contaban con equipo de protección personal suficiente. De acuerdo con el médico, ante la idea de que los pacientes serían trasladados hasta la institución en la zona metropolitana, esa clínica inicialmente se preparó con 10 equipos completos. En el proceso de recibir, auscultar y admitir al paciente utilizaron cuatro.
De acuerdo con Paoli, igual que han planteado otros médicos, los equipos de protección son limitados, una de sus preocupaciones ante el manejo de los casos del novel virus.
“Están escaseando (los equipos). Por ejemplo, con el paciente que hospitalicé; cada vez que había que entrar a intervenir con el paciente había que vestirse y cada vez que salías descartar ese equipo”, detalló.
Con el paciente ya recluido recurrieron a formas alternas para comunicarse. Entre ellas, el uso de la tecnología.
“Tuvimos que inventarnos con el celular del paciente para hablar con él por teléfono o por ‘intercom’ (bocina). Porque si no, íbamos a agotar todos los equipos”, abundó el galeno.
Asimismo, indicó que para economizar equipos “tuvo que ingeniárselas” para colocar las órdenes médicas de tratamiento con el fin de que pudiera administrarse con limitada intervención del personal de enfermería.
Posteriormente recibieron equipos adicionales del HIMA de Caguas, donde el médico también tiene privilegios para atender pacientes.
Sobre el caso
“Fue un paciente joven, una persona completamente educada. Él mismo entendió que tenía los síntomas… Hacía cuatro días que estaba teniendo fiebre, tos seca y la dificultad respiratoria iba aumentando. Cuando llegó a un punto en que ya no podía respirar bien entonces llegó al hospital”, describió el doctor.
El paciente, que además presentaba condiciones como obesidad y diabetes, pudo ser dado de alta durante pasada semana luego que le fuera administrada la prueba nuevamente. Al arrojar resultados negativos a COVID-19 fue enviado a su hogar.
“Lo tuvimos y gracias a Dios sobrevivió”, confirmó el médico. A su vez expresó preocupación porque, entre las actualizaciones que ofrece Salud, aún no hay estadísticas sobre las personas que se sobreponen de la enfermedad.
Su opinión sobre el “rapid test” y la preocupación de los médicos
De otra parte, Paoli apuntó a las debilidades de la prueba rápida (“rapid test”) para detectar la enfermedad, alternativa que pronto se realizará isla de forma complementaria al examen regular.
“El problema que tiene el ‘rapid test’ es que es a base de identificar el anticuerpo. La persona no desarrolla anticuerpos hasta después del quinto día. Las (pruebas) PCR sí determinan el virus en sí. El problema que vamos a tener con esos ‘rapid test’ es que pueden dar una falsa seguridad si sale negativo”, comentó.
El temor de los doctores
El internista también hizo referencia al temor de contagio que sienten los médicos. En su caso, explicó que, en una reunión de facultad pidió a sus compañeros que “le tiren con todo” (con todos los tratamientos) en el caso de que se contagie. Ése, según precisó, es el sentir de sus pares.
Ser médico en estas circustancias, contó, es llegar al hogar con el temor de llevar el virus, inslusive sobre la ropa.
“Mi esposa por las mañanas me viste y me echa ‘spray’ (desinfectante). Cuando me recibe es con una bolsa de basura en el garaje (para la ropa), me roceo y entonces puedo entrar. Es una rutina… Uno no sabe si lo está cargando (el virus) en verdad”, reflexionó el doctor que ejerce la medicina desde el 1980.
En cuanto a cuidados y síntomas
Paoli mencionó una señal reciente que ha surgido entre algunos de los pacientes que arrojaron positivo al virus.
“Los pacientes pierden el olfato. Los ponemos a oler café, como en las perfumerías. Si no puede oler, es un síntoma que puede ser positivo hacia esa enfermedad”, esepecificó el doctor.
Relacionado a los desinfectantes de manos o “hand sanitizers” recomendó a la ciudadanía que al tercer uso consecutivo, de tener que desinfectar nuevamente, de preferencia laven sus manos con agua y jabón porque el gel a mayor uso, pierde efectividad.
Sobre todo, el médico resaltó la recomendación a la ciudadanía a mantenerse en sus hogares.
“Quédese en su casa, al usted salir se está exponiendo al contagio. Si usted se contagia aunque no tenga los síntomas va a propagar el virus. La propagación es exponencial”, advirtió Paoli.