Por Zayra Delgado
Este reconocimiento me da la otra oportunidad para compartir con otros lo que, para mí, representa el ser madre, poder demostrar lo que el amor y el compromiso de una madre puede lograr y lo que esto puede lograr en ti.
Ser madre ha sido para mí la responsabilidad más grande que Dios me ha dado. Si buscara un símil para mostrarlo, diría que antes de la maternidad visualizaba el alcanzar mis metas personales como conducir un auto en el expreso, con un tiempo ya calculado para llegar a la meta.
Cuando la maternidad llegó a nuestras vidas descubrí que hay otras rutas para llegar a la meta y que puedo añadir nuevos retos al trayecto. Descubrí cuánto puedo disfrutar al conducir ese mismo auto por la ruta panorámica, haciendo paradas para aprender, reír, llorar y continuar.
Esa ruta panorámica de la maternidad me ha permitido conocer intereses que dormían en mí. Cuando asumes la responsabilidad de ser madre deseas una vida mejor para tus hijos, un mundo mejor para su futuro y es entonces cuando deseas aportar para que eso sea realidad. Ser madre es el motor que mueve a querer hacer la diferencia.
Conocer personas con igual motivación me ha llevado a ser parte de varias organizaciones, recientemente la Asociación Americana de Madres de Puerto Rico y otras, en las cuales trabajamos en equipo para dejar huellas positivas, huellas de transformación en nuestra sociedad.
He vivido la experiencia del compartir un mismo fin, alcanzado por la colaboración de personas de diferentes edades que aportar según sus experiencias de vida y sus capacidades, descubrir cómo nuestras diferencias se complementan en un esfuerzo maravilloso que logra el propósito.
La necesidad de enseñarles a mis hijas que la fe no se puede quedar sólo en un templo o una capilla, mostrarles a ellas que la fe es acción me llevó a formar parte de la hermosa familia de las Hijas Católicas De Las Américas donde aportamos a que las personas conozcan la misericordia de Dios a través de esa ayuda en la necesidad.
Buscando diferentes alternativas para llevar un mensaje de concienciación sobre lo que nos destruye como sociedad, el deseo de que ese mensaje pueda llegar a toda persona sin importar su edad, el utilizar el arte como esa herramienta de educación, fue lo que nos inspiró como grupo y junto a una amiga creamos Puerto Rico Grita, en el cual mis hijas también han aportado a este proyecto.
El ser madre es un recorrido que me ha impactado grandemente, aflorando lo mejor de mí, buscando la superación que me permita ser un ejemplo para que mis hijas me puedan ver como una guayaba y que, si Dios le regalara en el futuro la bendición de ser madres, yo pueda ser un espejo donde ellas se puedan reflejar. Quiero cada día ser mejor persona y ser la inspiración para que ellas sean mejores.