El joven pedreño, Sebastian Omar Rivera Allende, fue diagnosticado con la condición espectro autismo a sus seis años.
Desde esos tiempos y a pesar de su diagnóstico, Rivera Allende a podido superar las barreras que se le han presentado en su vida, como el rechazo por aquellos que desconocen su gran potencial.
De igual forma, culminó su cuarto año en la Escuela Ramon Power y Giralt en Las Piedras, obteniendo la medalla de Alto Honor y, además, recibiendo premios, honores, becas y cartas de la Cámara de Representantes de Puerto Rico.
Actualmente, fue aceptado en la universidad con la ayuda de su hermano Jomar A. Cerich y de su mamá, Marilis Allende Guadalupe, quien a tiempo completo tiene la responsabilidad de ser su asistente, velando por sus derechos y acomodos razonables.
“Sebastian es un ángel, regalo de Dios para mi vida y nuestra familia. No nos resta sólo ayudarlo a alcanzar sus sueños y anhelos. En este momento, Sebastian se capacita para tener su propio restaurante; es su sueño y bien se lo merece. Exhorto a cada padre y madre a comprometerse con la educación y desarrollo de sus hijos con impedimentos o sin ellos, pues son el futuro inmediato de nuestro Puerto Rico”, resaltó la madre.