Líderes que mueven la esperanza

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Janet González, Luis Rodríguez, Christine Nieves, Carmen Lozada, Roberto Vélez Medina y Ray López en el foro de Periódico El Oriental “Vivencias; Un Año Después de María”

Por Yeidy Agneris Vega Alicea / yvega@elorientalpr.net

(20 de septiembre de 2018)-Cuando el huracán María salió de la Isla el pasado 20 de septiembre, dejó en cada familia y en cada persona una crisis individual. Algunas situaciones eran similares, otras muy particulares y complejas. La ayuda, era evidente que no sería inmediata; incluso, para algunos nunca llegó.

Pero en las comunidades, especialmente entre las más humildes y distantes, algunos puertorriqueños dejaron a un lado sus necesidades para abrir su corazón y comenzar a canalizar las necesidades de sus vecinos, un rol que requiere vocación, liderazgo, pero sobre todo, una amor incalculable por sus comunidades.

La zona este fue devastada, por la fuerza del viento del sistema al que los boricuas casi personifican, hablan de María como un ser. También la misma zona, fue arrastrada por un mar descontrolado que puso la mirada del mundo en comunidades como Punta Santiago en Humacao.

Tres días después del huracán, la presidenta de la Asociación Recreativa de la Playa de Humacao, Janet González, pudo llegar a su residencia, para en el camino, encontrarse con vecinos que al igual que ella, lo perdieron todo.

“Fue una tristeza, un sufrimiento desde que iba llegando. Tuve que dejar mi carro bien lejos para poder llegar a mi casa. Eso fue llorando desde que me bajé, no me dejaban llegar a mi casa y yo quería saber de mi familia, era llorando con todos”, comentó González en el foro de Periódico El Oriental, “Vivencias; A Un Año de María”.

González, es líder comunitaria en la playa de Humacao, una zona, donde los que no desalojaron sobrevivieron de milagro y vivieron algunas de las situaciones más traumáticas.

“Las personas en la playa se estaban ahogando”, indicó González, al narrar varias anécdotas.

Entre ellas, recordó, que en el centro de envejecientes que ubica en esa comunidad, tuvieron que sacar a pacientes encamados por una ventana para subirlos al segundo piso, pues el primero se inundó.

Como líder comunitaria, González tuvo que dar apoyo a sus vecinos y tuvo que canalizar la ayuda que fue llegando.

“Algo que todos deben preguntarse es cómo vive un líder, qué le está pasando a ese líder. Un líder se desvive por su comunidad y a veces no lo miran. No fue fácil, yo lo perdí todo, estaba por abrir mi negocito y lo perdí todo”, añadió.

Un contraste de la situación en la playa, fueron las vivencias en comunidades altas, como es el caso del barrio Mariana en Humacao. Sin embargo, ese sector se destaca por la organización de sus líderes, y por la forma en que están constituidos en la Asociación Recreativa del Barrio Mariana y el Proyecto de Apoyo Mutuo Mariana.

“Estábamos solucionando los problemas que nosotros mismos estábamos viviendo. No teníamos casa y éramos los que estábamos organizando, estábamos buscando filtros porque no teníamos agua de beber. Buscando placas solares, sistemas para recogido de agua de lluvia. Estuvimos alrededor de seis meses sin agua, nueve meses sin luz y era preciso ver cómo las personas estaban consumiendo comida que se estaba pudriendo porque no podían salir de Mariana”, comentó Christine Enid Nieves Rodríguez, portavoz de la comunidad.

Por su parte, Luis Rodríguez, también de Mariana, destacó el importante rol de la mujer en la recuperación. Especialmente, porque demostraron su compromiso al preparar alimentos para al menos 500 personas diariamente.

“Ahí es que tu ves la valía de esta gente que se quedó trabajando y ayudando a su comunidad todo el tiempo. Las comunidades son las primeras que responden y han sido las más abandonadas de todo. El gobierno y las fundaciones no van a llegar al principio. Mientras una comunidad está bien organizada mejor calidad de vida van a tener. Esos son los líderes que mueven la esperanza”, comentó Rodríguez.
Carmen Lozada, presidenta de la Organización Causa en Acción que canaliza servicios para pacientes encamados vio como nunca la necesidad de esa población.

Incluso, en el sector Los Perros del barrio Pasto Viejo en Humacao, localizó una cantidad de pacientes que le sorprendió, entre ellos, ciegos, personas en silla de rueda y con otras necesidades de salud desatendidas desde antes del huracán, pero que se agravaron con su llegada.
Muchas de las necesidades de esta comunidad, Lozada la atribuyó a la burocracia de las Agencias.

“La burocracia, para solicitar una ayuda hay muchos obstáculos. Si la persona está agonizando se da el desenlace fatal en lo que llega la ayuda. La idea es que el cliente reciba la ayuda a la brevedad posible, personas de la tercera edad y niños con condiciones severas, jóvenes que buscan alternativas pero les es imposible llegar a los lugares”, indicó Lozada.

Ray López, es un líder comunitario de la playa de Naguabo en la comunidad de Tropical Beach, y según describió pese a la devastación, el huracán sirvió para que surgiera unión comunitaria y los líderes le demostraron a los jefes gubernamentales su importancia.

“Pienso que (los alcaldes) no entienden la responsabilidad que tienen los líderes comunitarios, no ven todo lo que se hace en la comunidad. No ven que a veces llega una llamada a las 10:00 de la noche para indicar que hay una persona sola y hay que llevarle algo. El trabajo que ellos tienen no lo pueden hacer sin la ayuda de los líderes comunitarios”, indicó López.

Para el licenciado Roberto Vélez Medina, presidente del Club Rotario en Humacao fue impresionante la organización que se dio en urbanizaciones como Ciudad Cristiana, a donde acudieron a la entrega de suministros. Los Rotarios, hicieron posible la entrega de generadores, hielo y otras ayudas de primera necesidad para la comunidad.