Jóvenes del Barrio se empoderan del barrio Montones de Las Piedras

Sin recibir ni un solo centavo de fondos públicos y dependiendo de la autogestión, se han abierto paso en el servicio comunitario

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Foto por Stephen Álvarez / Líderes y voluntarios de la organización Jóvenes del Barrio. De izquierda a derecha Jacquelinee Rojas Livia, Alicia Montañez Cruz, Carlos E. Vázquez Rivera, Jenniffer Abreu Santana, Dagnairé Rodríguez Sánchez, Luz E. Sánchez Díaz y José L. Abreu Agosto.

En octubre del 2009, Luz E. Sánchez Díaz, comenzó a notar ciertos problemas en su comunidad. También se percató de que los jóvenes del barrio Montones de Las Piedras se reunían en un reductor de velocidad de la carretera 917. Inmediatamente, su instinto de líder comunitaria la motivó a convocar a esos jóvenes a una reunión. El resto es historia.

“Asistieron 17 jóvenes entre los 10 y 18 años y en la conversación ellos fueron resaltando las fortalezas y debilidades de la comunidad”, explicó. Sánchez Díaz dijo que de esa reunión surgió la necesidad inmediata de rescatar las áreas recreativas como la cancha de baloncesto y un centro comunal que ya estaba construido, pero no se había terminado e inaugurado.

El grupo comenzó con el acondicionamiento y limpieza de la cancha y establecieron reunirse todos los sábados desde las 12:30 p.m. hasta las 5:00 p.m. Luego de aproximadamente un mes, reuniéndose y trabajando en la evaluación de las facilidades recreativas, decidieron llamar al grupo Jóvenes del Barrio y establecer como lema “un punto hace la diferencia”.

La líder comunitaria cuenta que comenzaron a realizar actividades recreativas en la cancha y que hubo momentos en que llegaron a registrar más de 30 participantes en sus actividades. “Empezamos a jugar voleibol y baloncesto, también se empezaron a sumar algunos adultos, teníamos una neverita con hielo, agua, jugo y galletitas”, aseveró.

Sánchez Díaz destacó como los logros más significativos de la organización en sus 11 años, lograr la remodelación de la cancha de baloncesto y la apertura e inauguración del centro comunal, el cual tienen a cargo de cuidar y darle mantenimiento.

Por su parte, Jenniffer Abreu, voluntaria de la organización, mencionó cómo logró el establecimiento de un programa de reciclaje en el barrio. También resaltó la celebración y coordinación de múltiples ferias de servicios, salud y seguridad para los residentes de la comunidad. De igual forma, han coordinado actividades de confraternización familiar y talleres educativos en temas de derechos humanos, empresarismo, competencia ciudadana, entre otros.

LA EXPERIENCIA DE MARÍA

Luego del paso del huracán María, el grupo se activó y logró que los residentes de la comunidad abrieran paso en las principales carreteras y caminos. También visitaron a cada uno de los residentes para verificar en qué estado de situación se encontraban. Distribuyeron compras y suministros casa por casa, asegurándose de que no se quedara nadie sin recibir ayuda. Las primeras compras que llegaron fueron enviadas por el Centro para Puerto Rico de la Fundación Sila María Calderón.

También recibieron y distribuyeron ayuda para los encamados y coordinaron servicios médicos y psicológicos. Abreu expuso que la comunidad estuvo 9 meses sin servicio de energía eléctrica, más de 100 días sin agua y 22 personas murieron durante ese proceso. Estableció que la comunidad se envolvió en su totalidad en el proceso de energización, lucha que ejercieron hasta que se energizó la última casa.

“La comunidad en ese momento se motivó, en ese momento nos motivamos todos e hicimos los arreglos pertinentes para llevar a cabo todas esas gestiones. Todos los días nos íbamos casa por casa, sector por sector, hasta que nuestra última persona tuvo luz”, declaró Alicia Montañez Cruz, otra voluntaria de la organización.

NACE EL PROYECTO INARO

Jóvenes del Barrio recibieron el acercamiento del profesor universitario Carlos Vázquez Rivera, quien les presentó una propuesta que pretende identificar los factores y las características que inhiben o promueven la participación comunitaria en una situación de desastre socio natural y ver cómo es la convivencia en la comunidad después de un desastre natural.

“El objetivo máximo de Inaro es diseñar un plan comunitario comprensivo para prepararnos para situaciones de eventos socio naturales como fue el huracán María”, explicó Vázquez Rivera. El estudio comenzó en octubre del 2018. Explicó que hubo una asamblea comunitaria donde se eligieron líderes comunitarios para participar de la investigación.

El estudio ya ha permitido hacerle entrevistas a cerca de 160 personas en la comunidad para obtener información sobre su experiencia durante el paso del huracán María. También han incluido el tema de los terremotos ocurridos en enero de 2020, en el área sur, como parte de la información que se incluirá en el plan de acción que se creará para los residentes de la comunidad.

“Como estamos en medio de una pandemia, decidimos incluir una pregunta sobre cómo este asunto del Covid-19 ha afectado la participación comunitaria aquí en la comunidad de Montones. En esa estamos recopilando la información ahora, estamos entrevistando a 90 personas”, abundó.

El profesor anticipó que el plan de acción comunitaria podría estar listo para el mes de septiembre próximo. El mismo será compartido con toda la comunidad.

ACTIVOS EN LA PANDEMIA

Jenniffer Abreu explicó que la organización ha estado muy activa en la comunidad durante el asunto de la pandemia. Según dijo, han estado orientando constantemente a los residentes compartiendo información sobre el Covid-19 a través de las redes sociales. También han realizado entregas de compras, la primera de 680 compras en el mes de junio del 2020 y una segunda entrega de 1,800 compras durante el mes de octubre, en esa segunda entrega no sólo cubrieron el barrio Montones, sino que también se expandieron a otras comunidades de Las Piedras que no habían recibido ningún tipo de ayuda.

Añadió, que se realizó una gira virtual de salud en coordinación con el Fideicomiso de Salud de Puerto Rico, en la cual se conectaron más de dos mil personas. También trabajaron un proceso de vacunación de Influenza, Culebrilla, Tétano, Neumonía, VPH y realizaron pruebas de detección de Covid-19 a unas 100 personas. Tanto la vacunación como las pruebas se coordinaron con los hospitales Hima San Pablo.

Abreu destacó que han estado realizando un esfuerzo para lograr un proceso de vacunación de Covid-19 en la comunidad, pero se les ha hecho difícil lograr esa coordinación. “Hemos tocado puertas, nos hemos puesto a la disposición, ofrecemos nuestras facilidades, hemos hecho el llamado de que la vacunación no se debe quedar en los centros urbanos, sino que también hay que llevarlas a las comunidades”, apuntó.

COMPROMISO CON EL BARRIO

Sin duda alguna, en sus once años de labor comunitaria, la organización Jóvenes del Barrio ha demostrado que el empoderamiento de las comunidades por parte de sus residentes da resultados. Los 17 jóvenes que comenzaron el 10 de octubre del 2009 ya son adultos, algunos de ellos profesionales, con negocio propio y familias.

El grupo ya no es tan solo de jóvenes. Adultos de diferentes edades, residentes de la comunidad, se han unido reconociendo la importancia de trabajar en equipo. Juntos han logrado resolver problemas grandes de la comunidad, así como situaciones específicas de un ciudadano en particular.

Sin recibir ni un solo centavo de fondos públicos, y dependiendo de la autogestión, realizando actividades para levantar fondos y recibiendo donativos de los propios residentes de la comunidad, se han abierto paso en el servicio comunitario.

Han aprendido a crear alianzas con diferentes funcionarios gubernamentales y tienen sumamente claro que no pueden depender del gobierno para la solución de todos sus problemas comunitarios. Identifican los problemas, los evidencian y los refieren a quienes llamaron sus “ángeles” en las diferentes agencias gubernamentales, así como en organizaciones y empresas privadas.

Aseguraron estar listos para el problema y dispuestos a resolverlo.