“Con el dolor de una madre no se juega”

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Suministrada / Mirna Adorno Díaz junto a su hijo Ernesto Morales Adorno.

Por Yeidy Agneris Vega Alicea / yvega@elorientalpr.net

(18 de julio de 2019)- La angustia por la pérdida de su único hijo se hace más profunda para la familia del joven que murió calcinado luego de una explosión en la fábrica Olein Recovery Corp. en Yabucoa.

Especialmente para su madre, Mirna Adorno Díaz, quien hoy explicó a El Oriental que aproximándose la fecha para que se cumpla un mes del suceso, aún el Instituto de Ciencias Forenses (ICF) no ha entregado el cuerpo del fallecido.

La razón para el retraso que reclama, es que, supuestamente, el Instituto no tiene contratada a la persona con el peritaje para los estudios, según explicó de acuerdo a las justificaciones que le han expresado en las ocasiones en las que se ha comunicado o ha acudido al ICF.

“Lo que me dicen es que la única odontóloga patóloga que hace ese peritaje, cuando cerró el año fiscal el 30 de junio no se le renovó el contrato. En la actualidad es la única en el país que hace ese trabajo. También me han dicho que no hay presupuesto, de una cosa me brincan al presupuesto, o que están esperando que ella entregue documentos para que se le pueda firmar el contrato”, explicó la madre de Ernesto J. Morales Adorno.

De la misma manera, Adorno Díaz indicó que propuso al ICF pagar de forma privada por el servicio, incluso por traer a la isla un patólogo opatóloga de otro estado, sin embargo, no fue una alternativa que fuera considerada al menos mediante las conversaciones que ha sostenido con empleados de esa agencia, pues la administración, según indicó no se ha comunicado con ella pese a los reclamos.

“Me dicen que ese proceso tarda… Les dije que no estoy para esperar, mi agonía no espera”, indicó la mujer a la vez que explicó que situación que enfrenta la ha llevado incluso a recibir terapias en el hospital de salud mental San Juan Capestrano.

Morales Adorno era soldador y en la compañía, donde laboraba como contratista, ejercía diversas funciones, entre ellas de soldadura y pintura. Adorno Díaz indicó que por el momento ni la compañía o alguna otra entidad ha sometido un informe que descifre lo que pudo haber provocado el estallido y posterior fuego que acabó con la vida del joven.

El 25 de junio pasado, luego de la explosión en uno de los tanques de la compañía recicladora de aceite, al Negociado del Cuerpo de Bomberos le tomó alrededor de cinco horas el proceso para enfriar el tanque sobre el que yacía el cuerpo de Morales Adorno, cadáver que pudo ser removido del lugar en horas de la tarde cuando el incidente ocurrió a eso de las 10:40 de la mañana.

El fallecido era esposo de Nicole Amaro Sanabria, quien actualmente espera un hijo suyo y tiene seis meses de embarazo.

Ernesto Morales Adorno no ha podido ser identificado formalmente por el Instituto de Ciencias Forenses.


La mujer describió el dolor de la familia e hizo un llamado al gobierno a la responsabilidad en la otorgación de los contratos. Incluso, según precisó, cuando su hijo fue trasladado el ICF hizo el número 11 entre los cuerpos que están en espera por ser identificados formalmente por la misma patóloga.

“Con el dolor de una madre no se juega. Si ustedes (el ICF) saben que es la única persona en este país por qué no renuevan el contrato de esa mujer un mes antes”, reclamó Adorno Díaz.

Morales Adorno se graduó de soldadura de la Escuela Vocacional de Yabucoa Teodoro Aguilar Mora, se trasladó a Estados Unidos y regresó a la isla hace menos de un año. Laboraba hace dos meses en la compañía mediante la contratación de una compañía del contratista Yamil Bermúdez.

La familia espera por la entrega del cadáver para exponerlo con féretro cerrado en una funeraria de la zona.

En la emergencia también resultaron heridos otros dos trabajadores identificados como Rolando De León Carrión de 47 años de edad, quien resultó con quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo y Tomás Soto, quien sufrió quemadura en una de sus piernas.