Temen quedar atrapados por cierre del puente de Tropical Beach

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(20 de junio de 2048)-
El cierre del puente 122 en la comunidad de Tropical Beach en Naguabo el pasado mes de mayo, que fue detenido por instrucciones del alcalde Noé Marcano Rivera, puso en alerta a los residentes y comerciantes de la zona ante las consecuencias que representa la obstrucción de su vía principal.

Sin embargo, para el portavoz de la Coalición de Líderes de la Playa de Naguabo, Carlos Iván Pérez García, el sorpresivo cierre que se dio en horas de la noche y sin aviso, es el resultado de un proceso incompleto y en el que según señaló hubo negligencia por parte del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP).

Documentado con cartas e informes que datan de 2011, Pérez García interrogó en entrevista con El Oriental en qué culminó el proceso de diseño del proyecto que inició en 2012, y también, qué ocurrió luego de una Reunión de Participación Pública en enero de 2016, en la que, en supuesto consenso entre la comunidad, la Autoridad de Carreteras y Transportación (ACT) y el DTOP llegaron a un acuerdo sobre los trabajos para el remplazo de la vía.

“Presentaron las condiciones existentes del puente, la fase conceptual, y las razones por las que peligraba. Nos presentaron cinco alternativas y en consenso la alternativa recomendada fue la B, donde se iban a afectar dos propiedades y tres estructuras. En consenso entre la comunidad y el gobierno objetamos el cierre del puente. Quedaron en que iban a construir un carril e iban a dejar el otro para que nosotros pudiéramos transitar y luego que terminaran uno íbamos a transitar por el otro. De esa forma el puente siempre iba a estar abierto”, explicó Pérez García.

La ACT emitió múltiples informes de proyecto y estimaron el costo de construcción en $2,600,000 a marzo de 2014. El proyecto, constaría del remplazo del puente sobre el Río Santiago, marcado de pavimento, rotulación y relocalización de utilidades eléctricas y de agua.

Pérez García justificó su desconfianza en la trayectoria de al menos cuatro proyectos que de la misma manera quedaron inconclusos, entre ellos, la restauración del puente en la comunidad de Río Blanco y otros trabajos en la misma carretera PR-3.

“Cuatro proyectos que son esenciales para el pueblo de Naguabo no se han culminado. En este momento no podemos creer en DTOP. Lo que se ha presentado es inconsistente con su trayectoria”, indicó el portavoz.

Por su parte, el líder comunitario, Ray López y Jennifer Torres, propietaria del Bar Río Mar, coincidieron en que el puente no puede ser cerrado si no hay disponible una ruta alterna. En el caso de Torres, destacó que la vía es una de las más transitadas por los turistas locales, así como por los internacionales.

“Estamos bien preocupados porque no se sabe lo que va a pasar. Aquí hay muchos residentes que son mayores de edad, gente con oxígeno y personas que tienen que ir al pueblo de Naguabo a darse tratamiento todos los días”, explicó López.

Por ejemplo, López explicó que, a los residentes de Tropical Beach el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Naguabo les queda a unos seis minutos, pero para llegar por la ruta disponible, tendrían que atravesar el pueblo de Humacao y tomar el expreso PR-53, tramo que le tomaría hasta 35 minutos si el tránsito no está pesado.

También,tanto López como Pérez García destacaron el peligro que representaría el cierre, especialmente en tiempo de lluvia. Según advirtieron, los residentes de las comunidades quedarían “encapsulados” porque todas las rutas adyacentes como la PR-192 y la carretera del barrio Botijas son inundables.

El pasado 24 de mayo el secretario del DTOP Carlos M. Contreras Aponte, ordenó el cierre inmediato del puente tras una “inspección minuciosa” que reflejó que tiene serias fallas estructurales.

“Fallas en los estribos, el área de la losa y la socavación, así como un avanzado deterioro de las pilastras, que generó grietas en el área de conexión de la estructura y desprendimientos en sus paredes, forman parte de los hallazgos de esta inspección,” indicó por escrito Contreras Aponte.

La estructura fue incluida en 1995 en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Fue construida en 1918 y posteriormente fue rehabilitada en el 1967. Tiene una capacidad de carga de 15 toneladas.