“Quedarnos de brazos cruzados no era una opción”

El agricultor Antonio Meléndez Vega y un grupo de carpinteros de Humacao construyeron una estructura que servirá de refugio para unas 50 personas en Ponce

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Al frente a la derecha (de pié), Antonio Meléndez Vega. Los 15 carpinteros llegaron al sur con la meta de brindarle un techo temporero a las familias que desde principios de mes duermen al aire libre.

Cuando un grupo de voluntarios de la zona este llegó a Ponce a eso de las 8:00 de la mañana del sábado, encontró que los ciudadanos que pasan sus noches en la carretera PR-10 aún estaban dormidos, pues se habían desvelado ante los constantes temblores.

Inicialmente la brigada de carpinteros se dirigía hacia Peñuelas, pero cuando llegaron al que pensaron que era su destino fueron notificados de que los refugiados en ese sector habían recibido ayuda y estaban en un lugar seguro.

Así fue como entre llamadas y gestiones llegaron al campamento que ubica en la carretera que dirige hacia Adjuntas. Una vez en el lugar, iniciaron la tarea: montar un refugio de madera tipo vagón, equipado con baños e inclusive una rampa para impedidos.

“Cuando nos vieron, la alegría que les dio era impresionante y triste a la vez. Pero a la vez era alegre porque fuimos a darle ayuda de primera necesidad”, comentó Antonio Meléndez Vega, organizador de la iniciativa.

Meléndez Vega dio a conocer su intención el jueves y desde ese momento tanto ciudadanos, como el comercio y el sector religioso comenzaron a unirse y realizar aportaciones de materiales y otros suministros.

Desde el barrio Antón Ruiz, cargaron con paletas de madera tratada, paneles, planchas de zinc, alfajías, palos, clavos, estufas, cilindros de gas, tubería, ropa, suministros y comida.

“Es bien triste ver a la gente del sur, verlos dormir en la calle, a los niños y todo. Quedarnos de brazos cruzados no era una opción, por eso tomamos la decisión de hacer este movimiento”, añadió, a la vez que precisó que la principal necesidad que pudo observar era la de acceso a sanitarios limpios.

En total, junto a Meléndez Vega y el carpintero José “Kike” Nieves Reyes, sumaron 15 los albañiles que ayudaron a alzar la estructura, un espacio de 46 pies de largo por 16 pies de ancho.

Meléndez Vega, propietario de la finca Cultivos Frescos de Aquí que ubica en ese mismo barrio, agradeció la colaboración de todos los que aportaron, especialmente al Comercial Pitahaya y la Iglesia de Jesucristo Monte Moriah, Inc.

¿Cómo te marcó esta experiencia?

“Me atrevo a decir que esta va a ser la experiencia más grande vivida. La más especial, la más bonita, poder darle calor a esas familias y saber que gracias al grupo que se organizó las familias van a dormir bajo un techo. Ahora nosotros también podemos dormir más tranquilos”, afirmó. 

Fotos suministradas / Meléndez Vega explicó que los ciudadanos que permanecen en el campamento habían solicitado ayuda para materiales, pero aún no tenían materiales suficientes para comenzar.