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Propietarios de matadero en Naguabo temen cese de operaciones

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Por: Yeidy Agneris Vega Alicea / yvega@elorientalpr.net

La industria de la agricultura y la carne, que por décadas ha batallado la guerra de los precios con los productos importados, desafía uno de los retos más difíciles tras el paso del huracán María. Tanto, que, para el presidente y director de operaciones de Ganaderos Borges, en Naguabo, el oficio de la ganadería está en peligro de extinción.

Para los propietarios de la empresa, situada en el barrio Húcares, la situación es tan insostenible, que si no se resuelve pronto el asunto del servicio eléctrico van a tener que cesar operaciones.

Entre el gasto de $31,000 mensuales en diésel y otros $3,800 en mantenimiento del generador eléctrico, el dinero invertido en reparaciones y la nómina de los empleados, la compañía familiar tiene el presupuesto bastante comprometido.

“Cuando esta semana yo vi mi cash flow, estaba en negativo $435,000. Si en 30 días el seguro no me adelanta algo voy a tener que parar. Yo no pude darle bono a mi gente”, explicó el presidente y gerente operacional de la empresa, César Pablo Borges Arroyo.

Según explicó, el próximo lunes presentarán la reclamación total por daños tras el paso del huracán, pero las cifras preliminares, según apuntó pudiera llegar los $1.6 millones.

“Y eso no son las fincas, de las fincas sólo nos pagaron los plátanos que es un seguro agrícola. La máquina de refrigeración hubo que comprarla nueva. Un poste cayó encima del cuarto de máquinas, ahí estaba la línea de (carne) molida completa”, explicó a la vez que describió que otras máquinas se volcaron y dañaron con el agua y el viento.

Incluso, todo lo que habían adelantado en la construcción de una estructura aledaña, también se redujo a escombros con el huracán sin contar la pérdida de carnes ya procesadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El problema, según detalló, es que, aunque en la zona de la carretera PR-192 ya comenzaron trabajos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y compañías estadounidenses, la línea en la que están trabajando no será la que le supla energía eléctrica a la planta.

“La luz mía viene de Humacao, la línea de 13,000 (voltios) y la que van a poner es otra”, indicó Borges Arroyo, y según abundó, le fue “requerido” comprar un transformador que pudiera alcanzar los $20,000.

Además de poner más de 100 empleos en riesgo, el gerente de Ganaderos Borges también anticipa un complicado efecto en cadena.

“En cuestión de suplidores estamos hablando doscientos y pico. En cuestión de ganaderos pasan de 300. Nosotros somos una pieza clave, le vendemos a los comedores escolares. Ahora mismo en las granjas de cerdos, hay como 2,000 que no se han podido sacrificar. Están los granjeros llamándome desesperados para ver qué vamos a hacer”, indicó Borges Arroyo.

Por su parte, la vicepresidenta de la compañía Noris Arroyo Santa, madre de Borges Arroyo, describió la frustración que representa para ellos como gerenciales. Incluso, ahora según describió entró en modo de “ shutdown” en el que contempla y recuerda los primeros días posteriores al huracán cuando entre empleados se tiraron a la calle a buscar el ganado que se había salido de sus cercas.

“En el desespero uno llora, esto estaba viento en popa, y la construcción igual. Al día siguiente estaba todo el mundo paralizado. Le dije a mi hijo ‘la pérdida más grande que hemos tenido fue la de tu papá, eso no lo podemos recuperar”, contó Arroyo Santa, viuda de César P. Borges Massas, quien fundó la empresa y murió en 2008.

Actualmente los Ganaderos Borges tienen ganado en los pueblos de Arroyo, Guayama, Naguabo, Juncos y Gurabo. Incluso, según contó la vicepresidenta, en el pueblo de Juncos unas 45 reses no aparecieron y según entiende, pudieron ser arrastradas por la corriente de un río cercano.

Según Arroyo Santa su intención no es “gritar” al Gobierno, sino, a modo de súplica, pedir que sean considerados entre las prioridades, especialmente al evaluar lo que representaría cesar operaciones para sus empleados.

En nuestra visita al macelo, pudimos conversar con Luis Vega, que acarrea ganado desde el pueblo de Salinas.

“Si cierran el matadero no sé qué vamos a hacer. Yo vengo de Salinas, a traer los cerdos y el ganado. Se traen 40 cerdos todos los lunes y este es el matadero más cercano que nos queda, los otros están en Yauco en Arecibo o en Guaynabo”, expresó el empleado de Hacienda LM.

La empresa establecida en la Isla desde 1984 es la única en la Isla que trabaja en “forma vertical’, es decir, desde la cría, el cebo, la matanza, el procesamiento y el mercadeo del producto, tanto del ganado vacuno como porcino. En la Isla, sólo operan cuatro mataderos adicionales.

 

 

 

 

 

 

 

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